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ANDRÉS GARRIDO


El pianista catalán Albert Marqués (foto: Goio Villanueva)
El pianista catalán Albert Marqués (foto: Goio Villanueva)
 

XVI FESTIVAL DE JAZZ DE SAN JAVIER

El Mediterráneo, el jazz y la Lincoln con Marsalis: ¿qué más se puede pedir para una noche en San Javier?

La Orquesta de Jazz del Centro Lincoln al completo en la gira que conmemora el 25 aniversario de su creación (foto: Goio Villanueva)
La Orquesta de Jazz del Centro Lincoln al completo en la gira que conmemora el 25 aniversario de su creación (foto: Goio Villanueva)
 

Octava noche en San Javier, para disfrutar plenamente de la música de jazz. Plenamente, porque el doble programa preparado tan sólo dejaba sonar eso: música de jazz. La primera parte, con el Albert Marqués Trío, más la invitación de éste al guitarrista Jordi Bonell. Jazz español con inevitables tintes mediterráneos, que provocó un concierto placentero donde los haya y de gran calidad. En la segunda parte, la siempre impagable actuación de la Jazz At Lincoln Center Orchestra, con el gran Wynton Marsalis. 

El joven pianista catalán Albert Marqués es uno de los nuevos valores que el jazz español aporta a esta música. Y digo bien, porque en la actualidad Marqués vive en Nueva York, donde toca en la big band de Arturo O’Farrill. Esto se traduce en que Marqués ya ha adquirido un status importante, como demostró a lo largo del concierto que realizó en su primera visita a Jazz San Javier. 

El trío con su invitado durante su actuación en San Javier (foto: Goio Villanueva)
El trío con su invitado durante su actuación en San Javier (foto: Goio Villanueva)

Un concierto que se inició con una composición propia titulada “Granollers” en la que, como les he adelantado, el Mediterráneo aparece claramente. Y no es de extrañar en músicos como éstos, que han nacido y viven a su orilla impregnándose de su brisa e historia. Marqués es un pianista que posee una buena digitación, fraseo y grandilocuencia. Y ello, a pesar de su juventud (tan sólo cuenta con 27 años de edad). 

Para esta ocasión, Albert Marqués trajo a un amigo e invitado: el guitarrista Jordi Bonell. Precisamente del guitarrista fue otra de las piezas que conformaron este concierto: “Valentino’s Project Vals”. Jordi Bonell es otro de los nombres conocidos por los aficionados que acuden cada año a esta cita. En varias ocasiones ha visitado el festival de San Javier formando parte de diferentes proyectos; su última visita fue con el grupo que acompañaba al guitarrista argentino Luis Salinas en la X edición, allá por 2007

Gonzalo del Val posee un buen swing (foto: Goio Villanueva)
Gonzalo del Val posee un buen swing (foto: Goio Villanueva)

El cuarteto se terminaba de conformar con Pep Colls, al bajo eléctrico, y el baterista Gonzalo del Val. Marqués presentó otra pieza de su creación dedicada a la memoria de aquellos españoles que lucharon en la guerra, después estuvieron presos en un campo de concentración, muchos de ellos lucharon en la Resistencia durante la contienda mundial y hoy se mueren poco a poco en el olvido de todos nosotros, a pesar de que su lucha fue en defensa de los valores democráticos, según explicó Albert Marqués. El tema se titulaba “Guerra, Argeles, Resistance, Olvido”, en la que ofreció una parte de su dimensión como solista, ya que tan sólo se acompañó del piano. Después regresaría el trío para atacar otra partitura de Marqués titulada “Gwenaelle”, en la que cada uno de los músicos tuvo su momento de gloria.  

Pep Coll en el bajo (foto: Goio Villanueva)
Pep Coll en el bajo (foto: Goio Villanueva)

El público supo premiar desde el primer momento a estos músicos, que son como de casa. Y así es. Españoles, con un valor musical de alta consideración y a niveles contrastados de solvencia. Y para despedir su paso por Jazz San Javier, Jordi Bonell se dirigió al auditorio para agradecer a todos la acogida que siempre le han dispensado, así como a los músicos que le acompañan, a la organización por haberse acordado nuevamente de él y de este trío que lidera Albert Marqués, al que volvió a presentar. Bonell despidió el concierto con una composición de su cosecha titulada “Rumba, Rhytm & Blues”, en la que Pep Colls tuvo su solo y demostró sus serios valores musicales. Aplausos del público puesto en pié, como reconocimiento a este cuarteto de músicos españoles que engrandecen la música y el jazz hecho en España. 

El auditorio pidió un poco más y el cuarteto regresó para interpretar “IND” con la que, ahora sí, se despedían recibiendo nuevamente el reconocimiento de un aforo casi repleto, que agradeció el bis del trío que lidera el joven pianista Albert Marqués, con la invitación del guitarrista Jordi Bonell. Albert Marqués es parte del futuro jazzístico español, que tantos valores está aportando en los últimos tiempos. Habrá que esperar todavía para comprobar la dimensión de este joven pianista catalán.  

Jordi Bonell acudía como invitado del trío de Marqués (foto: Goio Villanueva)
Jordi Bonell acudía como invitado del trío de Marqués (foto: Goio Villanueva)

La segunda parte de esta octava jornada en el XVI Jazz San Javier estuvo dedicada a un aniversario: el 25 de la Jazz At Lincoln Center Orchestra, con Wynton Marsalis al frente de ella. Un auténtico placer escuchar siempre a esta gran orquesta, cuyos conciertos son concebidos como si de una sinfónica se tratara. Esto es, que tienen sus diferentes movimientos. Y lo encuentro muy normal, porque el jazz se ha convertido en la música clásica de los siglos XX y este que vivimos: el XXI. Wynton Marsalis es, además, un fiel guardián de los más ortodoxos esquemas de esta música y así lo viene haciendo en la Lincoln desde su creación. Ya han desfilado varias generaciones por esa escuela que, más tarde, conforman esos nuevos valores del género e, incluso, continúan como profesores de la misma. 

El concierto se inició con “Mendizorrotza swing”, perteneciente a la Suite “Vitoria”, escrita por Marsalis en homenaje a la ciudad que tantas veces ha visitado en su festival de jazz. El público ya se mostró dispuesto a disfrutar plenamente con esta orquesta, que siempre ha hecho las delicias de todos aquellos que se han acercado a escucharla. Continuaron con una pieza del recordado Duke Ellington titulada “Shout’em aunt Tillie”, que demostró precisamente esa salvaguarda que Marsalis ha imprimido en esta big band de los viejos esquemas del más genuino jazz norteamericano. 

Carlos Henriquez, el contrabajista, ha sido en esta ocasión el Maestro de Ceremonias. Y ello porque, al ser hispanoamericano, habla el idioma de Cervantes y Marsalis le ha dejado ese pequeño “honor” en esta quinta visita de la orquesta y sexta suya a San Javier. Precisamente, Henriquez explicaba que muchos músicos escriben para la Lincoln y él mismo escribió la partitura que interpretarían a continuación, titulada “Calle de Oro”. Naturalmente, la música caribeña tenía que ser el hilo conductor y la Lincoln sonaba perfecta, como aquellas grandes orquestas de los años 40 y 50 que hacían llenar las salas de conciertos y grandes pistas de baile. Una delicia. 

Después, el concierto volvió a los viejos esquemas con “God’s Trombones”, una obra escrita por uno de los trombonistas del grupo, que se inició con “The creation” y continuó con “Yes Sir, that’s my baby”, en la que Henriquez tuvo su momento de gloria con un solo delicioso que acompañaba con su ska vocal, mientras pulsaba las mismas notas de su contrabajo.  

Paul Nedzela en sustitución de Jose Temperley (foto: Goio Villanueva)
Paul Nedzela en sustitución de Jose Temperley (foto: Goio Villanueva)

  

Craig Haney sustituía aTed Nash (foto: Goio Villanueva)
Craig Haney sustituía aTed Nash
(foto: Goio Villanueva)

El auditorio apenas pestañeaba para no perder detalle. Porque con la Lincoln hay que estar absolutamente concentrado si quieres disfrutar al máximo con todo lo que da. Así es que nos dio más “veneno” musical con piezas como “Insatiable Hunger” o una partitura de Joe Henderson titulada “Shade of Jade”, que dejaba ya al público absolutamente derretido para que la orquesta hiciera con él lo que quisiera. 

Y querían seguir haciendo disfrutar a ese auditorio, que siempre les ha mostrado respeto y admiración. Por eso volvieron con otra partitura de Ellington titulada “Amad”, para continuar con una pieza del gran John Coltrane titulada “Lyresto”. Y para no perder ese hilo de lo ortodoxo, una pieza de Thelonious Monk titulada “Four in One”, en la que Wynton Marsalis hizo el fraseo del piano que interpretaba Monk en su composición. Una versión increíble en la que toda la orquesta denotaba claramente su disfrute. Y cuando los músicos disfrutan hacen disfrutar más aún a quienes les escuchan, como quedó demostrado en la noche del viernes 19 de julio en el auditorio Parque Almansa de San Javier, que puesto en pié rindió pleitesía a esta grandiosa orquesta de jazz del Centro Lincoln de Nueva York, con Wynton Marsalis al frente, en la gira del 25 aniversario de su creación. Todo un acontecimiento. 

Como es habitual, el público pidió más porque sabía que estaba previsto. Así es que salió el septeto de Wynton Marsalis y atacaron la música de un funeral en Nueva Orleans, con el escenario a media luz para situarnos absolutamente en el ambiente. La sutileza de este grupo casi no habría ni que indicarla; se le presupone. Ovación cerrada y de nuevo aires de Nueva Orleans sobre el escenario. Aquí ya el público acompañaba con sus palmas al compás. Todo el auditorio era una fiesta, en la que nadie se quedaba sin participar. Dominio absoluto del septeto de sus respectivos instrumentos, con los que ellos mismos hacían los pianos como demostración de lo que les relato. Se despedía así este grupo y regresaron en cuarteto. Esto es, Ali Jackson, batería; Carlos Henriquez, contrabajo; Dan Nimmer, piano; y Wynton Marsalis, trompeta. Una pieza más con la que, definitivamente y tras poco más de dos horas de concierto, se despedían de San Javier en esta su gira de los 25 años de historia. 

En suma, noche veraniega del mes de julio en el Mediterráneo, con música de jazz a cargo del trío del pianista español Albert Marqués y su invitado Jordi Bonell, la Jazz At Lincoln Center Orchestra con Wynton Marsalis al frente de ella y la brisa marina rozando nuestras cabezas para mitigar el húmedo calor. ¿Qué más se puede pedir? Pues se puede pedir que en la próxima jornada disfrutemos tanto como lo hemos hecho en ésta que ha finalizado. Para entonces, San Javier y su festival de jazz va a premiar, como cada año hace, la trayectoria musical de un artista. En esta ocasión se hace con el músico español pionero en la fusión del flamenco-jazz, uno de los que más ha trabajado por difundir esta música en España y representar a nuestro país por todo el mundo junto a otros nombres como Teté Montoliú. Nos referimos al saxofonista navarro Pedro Iturralde, que será el encargado de la primera parte de la novena jornada. Después, como es habitual, cambio absoluto de escenario para recibir a la violinista Judith Mateo, que inundará el auditorio de música celta adornada con ribetes rockeros. Desde luego, nadie puede negar los altos contrastes musicales que se gasta San Javier. Se lo contaremos, como es habitual, en estas mismas páginas de OPINAR. 20 julio 2013  

El gran Wynton Marsalis junto a sus compañeros dirigiendo el concierto (foto: Goio Villanueva)
El gran Wynton Marsalis junto a sus compañeros dirigiendo el concierto (foto: Goio Villanueva)

 


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