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ANDRÉS GARRIDO


Lucrecia cantando para su gente (foto: Goio Villanueva)
Lucrecia cantando para su gente (foto: Goio Villanueva)
 

XVII FESTIVAL DE JAZZ DE SAN JAVIER

Fiesta cubana y jazz fusión de alta calidad en San Javier 

Lucrecia –que se afianza como la sucesora de Celia Cruz– y la Havana Street Band dieron una fiesta cubana por todo lo alto, y el jazz fusión de Chuck Loeb & Friends puso una muy alta calidad creativa e interpretativa 

Eric Marienthal y Chuck Loeb, con Janek Gwizdala al fondo (foto: Goio Villanueva)
Eric Marienthal y Chuck Loeb, con Janek Gwizdala al fondo (foto: Goio Villanueva)
 

La penúltima jornada del XVII Jazz San Javier ha tenido, como es habitual en las dobles sesiones, dos partes diferentes pero con excelentes intérpretes. La primera corrió a cargo de la Havana Street Band y la cantante cubana afincada en Barcelona, Lucrecia, que dieron una fiesta musical por todo lo alto, concitando a muchos compatriotas y simpatizantes de esa música que, sin duda, en España los tiene en muy alta cantidad. Para la segunda parte de esta antesala de la clausura, Jazz San Javier volvía a contar con uno de sus músicos más queridos y carismáticos: el guitarrista norteamericano Chuck Loeb, que venía acompañado por su esposa –la española Carmen Cuesta– y sus Friends, entre los que acudía como invitado especial el saxofonista Eric Marienthal. Música de fusión de muy alta calidad, para una noche que resultó absolutamente redonda en todos los sentidos, a pesar de que el día antes se comunicaba a la dirección del festival que el cantante Moncho no podría acudir a la cita debido a una enfermedad. Así lo comunicó antes de comenzar los conciertos el director del mismo, Alberto Nieto, como la representante de la promotora que en nombre de Moncho trasladó al público su enorme pesar y sus votos por acudir a este festival en próximas citas.  

Sin duda, la música caribeña –y especialmente la cubana– cuenta en España con muchísimos seguidores. Y en la noche del sábado, 2 de agosto, se pudo comprobar una vez más en Jazz San Javier. El reclamo no podía ser mejor: la cantante Lucrecia, que venía acompañada por la Havana Street Band. Su objetivo era (y lo lograron) montar una fiesta por todo lo alto. Tras anunciarse, como hemos indicado, la ausencia del cantante Moncho, la Havana Street Band inició el concierto con una recreación sobre el tema de Chick Corea “Spain” y “Primavera en Barcelona”, que caldearon el ambiente antes de anunciar a la “diva”, como indicó Leonel Zúñiga a los presentes.  

Y en efecto. La sola presencia de Lucrecia en el escenario levanta pasiones. La ovación y el calor humano se hicieron presentes desde que la cantante apareció en el auditorio del Parque Almansa. Dos trallazos cubanos para que esa gente de abajo terminara por animarse y comenzara a bailar: “Ya llegó la pasión/Cubáname”. El foso del auditorio –que ya estaba nutrido– terminó por llenarse. Lucrecia quiere sentir a “su gente” cercana y les indicaba “el que quiera bailar, que baile. Y el que quiera gozar, que goce”. Y vaya si lo hacían. Entre los que gozaban y bailaban, una buena colonia de cubanos que disfrutaban con su compatriota. Lucrecia es muy cercana y elocuente y sabe cómo meterse al público en su terreno. Pero es que uno no se puede resistir a su encanto, música y personalidad. Lucrecia te engancha sin remedio (y además, no lo queremos remediar), y te lleva a pasar un rato inolvidable. Es pura energía y eso se toca y se siente.  

La Havana Street Band animando al auditorio de San Javier (foto: Goio Villanueva)
La Havana Street Band animando al auditorio de San Javier (foto: Goio Villanueva) 

Tras dar las gracias al público, al festival y tener un recuerdo para Moncho, Lucrecia anunciaba un pregón que había compuesto. P ero no en Cuba, sino de las playas de Girona por un lugareño, Pedro, que vende “coquinis riquis”, y de ahí el tema “Coquini Coco”, que hacía continuar esta fiesta caribeña en San Javier, bañada por la brisa marina del Mar Menor. Luego siguió animando a ese auditorio entregado con “Qué bueno baila usted”, que popularizara el gran Benny Moré, para que la fiesta no decayera. Después, el público le insistía en que cantara “Mi Gente” y otorgó con un trocito antes de anunciar un tema que compusieron dos artistas ya desaparecidos: Miliki y Celia Cruz. El tema no era otro que “La Cuba mía”, con la que Lucrecia rendía un pequeño homenaje a sus autores.  

Mientras la cantante se retiraba a camerinos para cambiar su atuendo, la Havana Street Band mantenía esta fiesta caribeña con varias piezas. La primera sirvió para presentar a la banda, que dirige el saxofonista y flautista Leonel O Zúñiga; Abel Herrera, en la trompeta; Víctor Correa, al trombón; Alberto Díaz “Negri”, al piano y teclados; el bajista Alejandro Fong “Chino”; Oriol Martínez (que junto a Víctor Correa son los dos españoles del grupo), a las congas; el baterista y percusionista Luis Alfonso Guerra; y el pianista y director musical de Lucrecia, Félix Ramos. Una compacta banda que era presentada mientras sonaba “Son de Marieta”, a la que siguió “Manana P’a El Tumbador”, en la que se dio un duelo entre los percusionistas muy bello y de mejor factura.  

Y de nuevo Lucrecia en escena, con vestido blanco ahora, para terminar de calentar (si es que estuvo frío en algún momento del concierto) el ambiente del verano marmenorense en San Javier. Fue –complaciendo una petición que había hecho previamente el director del festival, Alberto Nieto– una de las canciones que versionó la gran Celia Cruz y que volvió a hacer muy popular, tras el éxito obtenido en 1978 por su primera intérprete, Gloria Gaynor: “I will survive”, “Yo viviré” en la versión de Celia Cruz. Fue el pequeño homenaje de Lucrecia a su gran amiga y Reina indiscutible que lo fue de la “salsa”, y de la que cada vez se afianza más Lucrecia como sucesora. El público vibraba como pocas veces lo ha hecho en San Javier. Y si con Celia Cruz el grito era “Azúcar”, con Lucrecia es “Aaagua”; así, un poco arrastrada la “a” primera. Era el final de un concierto-fiesta inolvidable, que nos situó en la misma Cuba de Lucrecia y la Havana Street Band. Pero ese público quería más y los músicos y cantante no se hicieron de rogar, porque a ellos también les iba la gozada. Así es que Lucrecia se arrancó con “Mi gente” y aquello terminó por hundirse, sin remedio, en un absoluto fiestón cubano con el que todos los que escuchábamos disfrutamos sin contemplaciones. Definitivamente, Lucrecia es ya la sucesora de Celia Cruz. “Aaaagua”.  

Lucrecia provocó la fiesta cubana en San Javier (foto: Goio Villanueva)
Lucrecia provocó la fiesta cubana en San Javier 
(foto: Goio Villanueva)

La segunda parte de esta penúltima jornada en Jazz San Javier nos había reservado el regreso de uno de los guitarristas, compositores y productores más querido del festival y su público. Su regreso (es el cuarto ya) se debe a que tiene nueva producción discográfica en el mercado, titulada “Silhoutte”. Nos referimos a Chuck Loeb & Friends, con la invitación especial del saxofonista Eric Marienthal y la esposa de Loeb, la española Carmen Cuesta. Una propuesta de muy alta calidad, para cambiar absolutamente el decorado musical y adentrarnos en la alta fusión jazzística.  

La primera demostración de lo que les indicamos vino a través de “Silver Lining”, que distribuyó por todo el auditorio el sonido compacto y delicado que ha caracterizado a Chuck Loeb durante décadas: esa alta calidad creativa e interpretativa que sólo unos cuantos elegidos saben llevar a la práctica. El aval de esta afirmación la tienen en sus muy diversas intervenciones con nombres como Carly Simon, Chet Baker, Dave Grusin (que será uno de los encargados de clausurar esta XVII edición) o Michael Franks. Pero también como miembro fundador de dos de los mejores grupos del jazz fusión: Metro y Fourplay.   

Tras esta primera pieza, Chuck Loeb se dirigió al público en español y pidió a éste que le indicara si continuaba en este idioma o en inglés. La respuesta fue rotunda: en español. A continuación explicó que su vuelta a Jazz San Javier se debía a su nuevo disco, del que adelantó no podría ofrecer copias porque éstas no habían llegado a tiempo. Pero daría algunas creaciones del disco en el concierto. Después presentó al grupo que le acompañaba para la ocasión, integrado por un bajista que descubrió su hija Lizzy en el Reino Unido y con el que lleva tocando menos de un año, desde que reside en Los Ángeles: Janek Gwizdala. Hace poco tiempo que Chuck Loeb viajó a Madrid con Carmen Cuesta para grabar el nuevo disco de ésta, titulado “Toda una Vida”, con músicos madrileños como el pianista y teclista Moisés Pérez Sánchez. Su amigo e invitado especial, el saxofonista Eric Marienthal, y el baterista alemán –residente en Ibiza– Wolfgang Haffner, que es como Loeb fundador del grupo Metro.  

El gran saxofonista Eric Marienthal, invitado especial de Chuck Loeb (foto: Goio Villanueva)
El gran saxofonista Eric Marienthal, invitado especial de Chuck Loeb (foto: Goio Villanueva) 

Con estos “mimbres”, Chuck Loeb hizo un “cesto” grandioso y de alta calidad, que dejó boquiabiertos a todos los que presenciábamos el desarrollo de este derroche de imaginación y destreza interpretativa en temas como “D.I.G. (Deep Inner Groove)”, de su álbum de 2011 “Plain ‘n’ Simple”, con el que iba conformando todo un embalaje que nos envolvía suave y dócilmente. Cabe destacar el solo del pianista y teclista español Moisés Pérez, que supo estar a la altura, con creces, de tan grandes maestros. Después llegaría otro tema de su reciente disco “Silhoutte”, titulado “Appreciation”, que colocaba un punto algo más sosegado rítmicamente y que describía esas apreciaciones que Chuck Loeb va teniendo sobre la música y la vida.  

Nacido en una población cercana a Nueva York, en Nyack, Chuck Loeb comenzó a tocar la guitarra a los once años de manera autodidacta, a fuerza de repetir los acordes de sus grupos favoritos en su instrumento hasta que sonaban igual. A los 16 años escuchó algunos discos de jazz y este género le influyó para el resto de su vida. Tras estudiar en la Berklee de Boston durante dos años, Loeb decidió dedicarse por entero a la composición e interpretación y su facilidad creativa le ha valido para intervenir en multitud de grabaciones de anuncios, bandas sonoras, sintonías para la ABC, CBS o CNN, como guitarrista para los nombres citados y, en suma, adquirir una experiencia en los estudios que le convirtieron en productor de Michael Franks o Spyro Gyra, entre otros.  

De regreso a las piezas más rítmicas, Chuck Loeb y sus músicos atacaron una en la que ha sido productor, titulada “Baby Cakes”, en la que Eric Marienthal tuvo su momento para arrastrar al público a corear sus fraseos y, cómo no, a sus compañeros de grupo, a los que puso en algún que otro apuro vocal, pero siempre desde la broma y el buen ambiente reinante. Y entonces llegó el momento para Carmen Cuesta y la música de Jobim, en un corto pero singular homenaje al gran compositor y pianista carioca que se inició con “Eu Sei Que Vou Te Amar”, creada hacia 1970 con letra de otro grande de la “bossa nova”: Vinicius de Moraes. Luego, Carmen Cuesta y su esposo explicaron que ese pequeño homenaje a Antonio Carlos Jobim se plasmó en el tema “Jobim”, compuesto por Chuck Loeb, e inspirado en la música del artista brasileño.  

El pianista madrileño Moisés Pérez Sánchez (foto: Goio Villanueva)
El pianista madrileño Moisés Pérez Sánchez (foto: Goio Villanueva) 

Y nuevamente, con la música de fusión en piezas como “Silhoutte” (que da título al último trabajo discográfico, como hemos indicado), o “3 Sides (Let’s Go)”, el grupo se despedía de la presente edición de Jazz San Javier dejando entre el auditorio un regusto exquisito a buen jazz fusión. Obviamente, el auditorio pidió un poco más, que el matrimonio Loeb-Cuesta obsequió con un bolero del último trabajo discográfico de Carmen, titulado “Voy A Apagar La Luz”, con el que definitivamente colocaban el broche a un concierto pletórico.   

En definitiva, noche festiva, cubana y de muy alta calidad musical e interpretativa a cargo de la sucesora de Celia Cruz, Lucrecia y la Havana Street Band, que agasajaron con una fiesta por todo lo alto para, posteriormente, Chuck Loeb & Friends servirnos una más que copiosa ración de jazz fusión con un sublime concierto.   

La próxima cita es el martes 5 de agosto, día de la clausura de este XVII Festival de Jazz, a cargo de otros dos músicos de excelente prestigio y factura musical. El guitarrista Lee Ritenour y el compositor y pianista Dave Grusin, que regresan para que el broche contenga la alta cantidad de quilates que merece un certamen tan acreditado como el de San Javier. Les contaremos todos los detalles y haremos recapitulación de la presente edición aquí, en OPINAR. 3 agosto 2014  

La cantante y esposa de Chuck Loeb, Carmen Cuesta (foto: Goio Villanueva)
La cantante y esposa de Chuck Loeb, Carmen Cuesta (foto: Goio Villanueva) 

 


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