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ANDRÉS GARRIDO


El saxofonista e investigador José Luis Gutiérrez (foto: Goio Villanueva) El saxofonista e investigador José Luis Gutiérrez (foto: Goio Villanueva)
 

XV FESTIVAL DE JAZZ DE SAN JAVIER

España y Cuba se fusionan en la clausura de Jazz San Javier
 

La clausura del XV Jazz San Javier, un festival dedicado a la mujer y con el homenaje al recuerdo de Etta James y Red Holloway, ambos fallecidos a comienzos de este 2012, ha estado dedicada al denominado Iberjazz que practica desde hace mucho tiempo el saxofonista español José Luis Gutiérrez y su Sexteto, que tuvo una invitada muy especial, considerada como la continuadora de la recordada Celia Cruz: Lucrecia. Una noche de sábado húmeda de ambiente, pero caliente en música y sentimientos. 

Previamente a las actuaciones, el director del festival, Alberto Nieto, realizó unas declaraciones públicas en las que destacó que “era un placer poder finalizar la XV edición con una cierta sonrisa, después del año tan difícil que el evento ha pasado debido a los importantes recortes presupuestarios que todas las administraciones públicas han sufrido. Pero al final, subrayó Nieto, se puede decir que hemos tenido una edición digna que no ha desmerecido para nada a las anteriores”.  

Con una visible emoción contenida, Alberto Nieto reiteró las gracias al público que año tras año viene apoyando Jazz San Javier “porque sin él, indicó, el festival no sería lo que es hoy. Ayer mismo, recordaba, componentes de Travelling Brothers Big Band afirmaban que este público es grande, lo que viene a apuntalar lo que afirmo”. A continuación –preguntándose por qué no lo había hecho antes– llamó al escenario a su equipo, para que todo el público lo conociera, destacando que ellos son el alma de Jazz San Javier, sin cuyos esfuerzos y ánimos el festival no se habría hecho ni llevado hacia adelante. Sus nombres son Luis Llunch, José Andrés López y Salvador Tenza, que junto con Alberto Nieto hacen posible esta maravillosa cita veraniega con la música. Desde OPINAR les damos sinceramente las gracias especialmente, como indicó Nieto, en un año que ha resultado muy complicado para poder mantener no ya el festival, si no el nivel que ha venido teniendo en las catorce ediciones anteriores. El futuro parece estar asegurado, según confirmaría más tarde el alcalde de San Javier, Juan Martínez, pero para Nieto tiene una razonable incógnita a día de hoy debido a las dificultades que atraviesan las haciendas locales. Y una vez cumplido con este, digamos, ritual de la clausura, llegaría el primer concierto de la noche. 

José Luis Gutiérrez Sexteto y Lucrecia (foto: Goio Villanueva)
José Luis Gutiérrez Sexteto y Lucrecia (foto: Goio Villanueva)

El saxofonista José Luis Gutiérrez posee una larga trayectoria como investigador de la música ibera. Ello le ha permitido poseer unos amplios conocimientos que utiliza para fusionar con absoluta libertad, amén de crear nuevos campos sonoros. Todo ese bagaje le ha valido para que su trabajo de años se haya bautizado como Iberjazz. Y una amplia muestra de ello la ofreció con su sexteto, compuesto por el murciano de Archena, Pedro Medina, en la guitarra; Alejandro Vargas, al piano; Marco Niemietz, en el contrabajo; Yonder Rodríguez, un excelente percusionista venezolano afincado en Valladolid; y el baterista Lar Legido. 

Con esta formación, José Luis Gutiérrez comenzó impresionando ya desde los primeros minutos de concierto, en una introducción a base de percusiones ejecutadas con pandereta y una especie de lámpara metálica de pié que percutía Gutiérrez en su largo brazo, del que dejó caer una cantidad importante de anillos metálicos hasta la base creando, así, un efecto sonoro expectante. Tras ello, los instrumentos del sexteto iniciaron “Amor Propio”, una pieza que fusionaba aires flamencos, de pasodoble, con otros pasajes que se deslizaban por aires arábigos y que provocaron los primeros y entusiastas aplausos y ovaciones del auditorio. 

A renglón seguido, se escuchaba un fondo de guitarra española y piano con el contrabajo y tablas indias, que servían para que José Luis Gutiérrez invitara a los presentes a respirar hondo el oxígeno del Mediterráneo. Después indicó que se iniciaba el romance de los conciertos, que calificó como una “historia de amor” que dura unas cuantas canciones y en el que, destacó, puede ocurrir de todo. “Algún día” era la siguiente pieza, en la que Gutiérrez refleja esperanzas, anhelos o deseos. Se adivinaba ya que la siguiente hora y cinco minutos iba a transcurrir, entre tema y tema, con una didáctica del saxofonista. La partitura nos evocaba un largo viaje en busca de esas promesas, de esos sueños que, finalmente, se hacen realidad. 

Ciertamente, ver la evolución musical de este grupo que lidera José Luis Gutiérrez es, cuando menos, curioso y espectacular; sobre todo, si uno se fija en las evoluciones del batería Lar Legido. No deja de sonreír ni un solo instante del concierto utilizando, además de la batería, todo tipo de artilugios, como muñecos de goma con forma de animales, unas tiras de semillas secas, cacerolas o boles metálicos, campanillas y todo aquello que pueda dar un sonido o efecto para enriquecer todo ese enorme flujo de fusiones sonoras que hacen un todo evocador y muy agradable para el cuerpo y el alma. Como los siguientes temas que dejaron sonar por todo el Parque Almansa: “Jota de la Granja de San Ildefonso/Tierra A La Vista”, dos piezas unidas de las que destacó la utilización de las maracas venezolanas y la flauta travesera, en la primera. Gutiérrez concretó que se iba a llamar “Jazz comienza por jota”, pero en honor a que todos los años les invitan a tocar en el Palacio de La Granja le cambiaron el nombre. Después sonarían “La Escuela” y “Popo Catepetl”. 

Las creaciones que llevan a cabo José Luis Gutiérrez y su sexteto son, desde luego, piezas únicas y en ellas se descubren muchas influencias; desde ribetes de folclore, pasando por especies de bandas sonoras, jazz y, sobre todo, un cierto recuerdo a las músicas helenas y turcas, del Mediterráneo en suma, que hacen que el espectador viaje al país de las Mil y una noches, a esas tierras lejanas y enigmáticas en las que hallar lo que el propio músico indicó al principio de su concierto: hacer realidad el sueño o anhelo. En definitiva, un concierto que lejos de defraudar entusiasmó a una gran mayoría. Y eso que aún no había hecho su aparición la invitada a este festín musical: la cubana Lucrecia, que atesora –para el que suscribe– el legado de la gran Celia Cruz. 

Con los últimos compases, José Luis Gutiérrez anunció a su invitada, que nada más hacer acto de presencia en el escenario aquello fue otra historia. Pasamos, de inmediato, del Mediterráneo al Caribe, con una original versión de “Piel canela” en la que Lucrecia introduce, como lo hacía la gran Celia Cruz, cambios de ritmos de tendencias musicales pasando del “cha, cha, chá” a introducir un pasaje de flamenco-jazz y regreso al comienzo.  

Lucrecia posee el don de una enorme versatilidad, que el público de San Javier sabe apreciar. La cantante cubana afincada en Barcelona expresó su emoción por poder estar en un festival tan prestigioso como San Javier, al tiempo de ser una oportunidad de poder acercar a ese auditorio su álbum de canciones de Cuba que es, destacó Lucrecia, “el álbum de todos los corazones en el mundo entero”. La cantante explicó que lleva escuchando ese álbum desde antes de nacer. 

Después de ello, Lucrecia cantó en solitario las primeras estrofas de ese bolerazo titulado “Sabor a mí” para reconvertirlo, cuando entraron los músicos, en una “rumba cubana” y regresar al bolero, pasear por el jazz una vez más, un poco de flamenco y, bueno, así una y otra vez. Es esa enorme versatilidad de Lucrecia, pero también la que posee el sexteto de José Luis Gutiérrez. Todo ese torrente de conocimientos impregnaba la noche de una magia especial que unía, irremediablemente, a músicos y público. 

“Nostalgia” fue otra muestra de ese álbum de todos los corazones del mundo, que Lucrecia se acompañó ella misma al piano, sin más músicos. Y aunque no es una canción cubana, este tango es una de las grandes letras de la historia de Argentina, escrito en el año 1936 por el poeta Enrique Cadícamo y musicalizado por Juan Carlos Cobián, en la ciudad de Buenos Aires. Ni les cuento la personalísima versión que nos regaló Lucrecia, que fue premiada con una ovación unánime del auditorio.  

Y el final apoteósico llegaría con “Quizás” y una emblemática canción que popularizó el recordado Antonio Machín, “Dos gardenias”, en la que José Luis Gutiérrez realizó una introducción de su versátil flauta travesera de caña (se toca por varios orificios, logrando un sonido diferente en cada uno de ellos). No es de extrañar que Lucrecia comentara al respetable que “este hombre siempre me sorprende”, para comenzar como si de una pieza árabe se tratara y recobrar luego su ritmo cubano de siempre para regresar a esos aires orientales. Apoteosis y pleitesía del público a todos estos grandes músicos, que supieron hacernos pasar un excelente y novedoso concierto. Tantos fueron los aplausos, que no tuvieron más remedio que volver al escenario para despedirnos a los sones de “Contigo Aprendí”. ¡Qué maravillosas dos horas!   

En resumen, que la clausura de Jazz San Javier ha vuelto a colmar las expectativas que los aficionados habían puesto en el programa anunciado, con varias sorpresas como Giovanni Mirabassi, Dana Fuchs, Dorantes y su Cuarteto, la Travelling Brothers Big Band o José Luis Gutiérrez Sexteto con Lucrecia. Otros artistas que han participado en la recién clausurada edición han cumplido con creces lo que se esperaba de ellos, como son los casos de Renegade Creation, Tingvall Trío, Frank Harrison con Alyth McCormack, John Hiatt, Tom Harrell Quintet (para el que suscribe, uno de los mejores conciertos de este año), o los que protagonizaron Dayna Kurtz, Terri Lyne Carrington con Dianne Reeves, la fusión de Xibo Tébar con el IVAM Jazz Ensemble, Keb’ Mo’, Mile Smiles o Luis Salinas y el debut de su hijo Juan. Salvo cambios de última hora, el XVI Jazz San Javier ya está en marcha. Nos alegrará comprobar que no estábamos equivocados y que esa edición también será una realidad. Enhorabuena una vez más. 29 julio 2012  

La cantante cubana Lucrecia, continuadora del legado de Celia Cruz (foto: Goio Villanueva)
La cantante cubana Lucrecia, continuadora del legado de Celia Cruz
(foto: Goio Villanueva)

 


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