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ANDRÉS GARRIDO


Jon Batiste interpretando al piano (foto: Goio Villanueva)
Jon Batiste interpretando al piano (foto: Goio Villanueva)
 

XVI FESTIVAL DE JAZZ

En San Javier se hace jazz de Louisiana al Birdland

Noche para auténticos aficionados con Jon Batiste y John Pizzarelli

John Pizzarelli volvió a triunfar en San Javier (foto: Goio Villanueva)
John Pizzarelli volvió a triunfar en San Javier (foto: Goio Villanueva)
 

Los festivales de jazz como tales han cambiado en los últimos tiempos. Y lo han hecho porque las nuevas generaciones los han hecho cambiar. Una muestra grandilocuente fue el concierto que ofreció en la apertura de la cuarta jornada del XVI Jazz San Javier el pianista, compositor y cantante Jon Batiste & Stay Human, que se ganó al público nada más salir al escenario del auditorio. Jazz con temas clásicos pero vistos desde otra perspectiva y, eso sí, “enganchando” al público desde el primer momento. Por si ello no fuera suficiente, nos trasladamos desde Louisiana, desde Nueva Orleans, hasta el Birdland, entre la 8ª y 9ª avenida de Nueva York. Desde allí –y continuando su gira por todo el mundo, con escala en San Javier– el jazz más elegante, el neo tradicionalista jazz del guitarrista John Pizzarelli, que volvió a “engatusar y entusiasmar” a un auditorio que, una vez más, vibró con su música, simpatía y buen hacer. Una noche, en suma, para los que desde estas páginas calificamos “aficionados pata negra”. 

Jon Batiste & Stay Human llegaban por primera vez a España y ha sido Jazz San Javier el festival afortunado –y acertado– en ser los primeros en disfrutar de este grupo originalísimo que, efectivamente, engancha a todo aquel que está cerca de ellos cuando interpretan su música. Sí, lo hemos expresado bien. Porque aunque los temas del concierto ofrecido en San Javier eran conocidos, Jon Batiste y Stay Human los han hecho nuevos. Son muy originales los arreglos y, en consecuencia, sus piezas suenan de otra manera, como “Green chimneys”, de Thelonious Monk; “You an I”, de Ivan Lins, o “St. Louis Blues”. Y antes que nada, una bienvenida musical de Jon Batiste sólo con la melódica, dejando sonar un también original “Amazing Grace” o su versión de “New Orleans Blues”, pasando por una mezcla de “Carmen” o “Summertime” en la pieza de Jelly Roll Morton “Sweet Jazz Music”, en la que los instrumentos de percusión se improvisaban; dos baquetas hacían el papel de claves, por ejemplo, y el concurso de la tuba junto con el ritmo imprimido a la pieza te situaban de inmediato en las calles de Nueva Orleans. Deliciosa su versatilidad, su disposición a hacernos grata la estancia en las butacas del auditorio y una profesionalidad y frescura poco habitual en los tiempos que corren. 

Con la melódica Batiste también cuativó al auditorio (foto: Goio Villanueva)
Con la melódica Batiste también cuativó al auditorio (foto: Goio Villanueva)

Jon Batiste lidera este grupo al piano, melódica y voz. Los Stay Human se conforman con el baterista Joseph Saylor; Barry Stephenson, bajo y contrabajo; Eddie Barbash, saxo; e Ibanda Ruhumbika, tuba y trombón. Bueno, estos son los instrumentos normales, porque como les hemos adelantado otros instrumentos se improvisan con baquetas, botellas de cristal, etc. 

Llegados al ecuador de su actuación, todos los músicos dejaron sólo en escena al baterista Joseph Saylor, para que interpretara su pieza “Floor Tom”. El floor tom es el timbal base (el más grande, que suele quedar a la derecha del todo para los diestros) en una batería. Es el timbal de tono más grave, sin contar el bombo. Saylor realizó toda una exhibición, a la que el público contestó con un largo aplauso al unísono, en el que no faltaron los gritos de “bravo”. Y por si no era suficiente, el contrabajista Barry Stephenson hizo lo propio a renglón seguido. ¡Qué gusto da escuchar a estos músicos!  

Jon Batiste & Stay Human en su primera visita a Jazz San Javier (foto: Goio Villanueva)
Jon Batiste & Stay Human en su primera visita a Jazz San Javier (foto: Goio Villanueva)

Y cuando apenas estaba acabando, se les unió Batiste con la melódica, Saylor con el pandero y en formación de trío dejaron escapar unos compases que fueron interrumpidos por el saxo alto de Barbash, constituyendo el comienzo de otro inmortal tema: “Sunny Side Of The Street”, ya con todo el grupo completo. Aquí podríamos utilizar aquel título de la canción que llevara al éxito Roberta Flack, “Suavemente me mata con su canción”, pero de gusto por tener la suerte de poder ver y escuchar a músicos jóvenes con tanto talento y maestría. La ovación del auditorio fue larga y expresaba el sentir unánime. 

Jon Batiste se dirigió al público para darle las gracias por la acogida tan cariñosa y cercana en su primera visita a España. Después presentó su composición “Way you gotta be like that”, que fue la despedida haciéndolo como si de una banda de Nueva Orleans se tratara: saliendo por uno de los laterales del aforo. Y luego realizaron un bis que comenzó entre el público de la zona media-alta del auditorio, con un amago de pasodoble, para iniciar una versión muy original del viejo “St. James Infirmary”, que fusionó con “Spain”, de Chick Corea. Bueno, el público se los comía y creo no equivocarme si califico este concierto como uno de los mejores de la presente edición y, tal vez, de los que más frescura musical ha traído a Jazz San Javier en las últimas ediciones. Mi enhorabuena a la dirección del festival por tan acertada decisión. 

El final del concierto se celebró entre el público (foto: Goio Villanueva)
El final del concierto se celebró entre el público (foto: Goio Villanueva)

La segunda parte de esta jornada de puro jazz tuvo a un ya veterano en estas lides: el guitarrista y cantante John Pizzarelli y su cuarteto. Un regreso muy esperado por los habituales de esta cita veraniega, a la que igualmente deseaba volver el músico norteamericano. Y se notó; vaya si se notó. El guitarrista y su cuarteto, conformado por el baterista Tony Tedesco, el pianista Larry Fuller, el contrabajista Martin Pizzarelli y el líder y hermano de éste, John, supieron llevar al público desde las calles de Nueva Orleans hasta el Birdland de Nueva York; el club en el que, de manera habitual, toca el guitarrista durante el tiempo en que no está de gira. 

Sonaron los primeros “standars” con ese sello tan personal que caracteriza a Pizzarelli, como “I got Rhythm” de la película “Un americano en Paris”, “Satin dolls”, de Ellington, y otras piezas del Real Book norteamericano adaptadas al estilo de John Pizzarelli. 

A fecha de hoy, se puede afirmar que John Pizzarelli ha ido ganando con el paso de los años, como los buenos caldos. El legado que ha recogido de su padre lo ha ampliado y se ha convertido en uno de los cantantes y guitarristas más destacados del momento. Hasta tal punto, que John ha editado un libro titulado World on a String (El Mundo en una cuerda), a través del cual nos cuenta sus experiencias y anécdotas en el mundo de la música. Según las críticas publicadas, es tan buen contador de historias como músico. 

El guitarrista y cantante John Pizzarelliu en su regreso a San Javier (foto: Goio Villanueva)
El guitarrista y cantante John Pizzarelliu en su
regreso a San Javier (foto: Goio Villanueva)

Y esa versatilidad donde primero la muestra es sobre los escenarios, en sus conciertos. Prueba de ello fue la versión que realizó de otro estándar, “Don’t Get Around But Anymore”, adaptada al manouche francés, con lo que parecía una canción nueva. Luego habría un momento para la samba y la bossa, a través, cómo no, de piezas de Jobim como “So Danço Samba” o “La chica de Ipanema”. Y vuelta a retomar canciones de The Beatles, como “And I love her” o “Here comes the sun”, a ritmo de bossa nova. Luego más clásicos en versión John Pizzarelli: “I’ve Got Under My Skin”, que tantas veces le escuchamos al recordado Frank Sinatra. 

Pizzarelli es un magnífico guitarrista y en sus conciertos utiliza su guitarra especial de siete cuerdas (posee un bordón más), con la que logra sonidos más redondos en los graves. Y a todo ello hay que sumarle la gran complicidad con el resto del grupo, que da un resultado perfecto en todos los sentidos y les lleva a conectar con el público. Unos espectadores que, según pidió John, se convirtieron en el quinto músico al interpretar el coro del famoso “Ruby Baby”, tema de Donald Fagen, la mitad del recordado grupo Steely Dan. 

De nuevo con The Beatles, a través de “I feel fine”, sirvió de broche a su concierto de hora y 27 minutos. Naturalmente, el auditorio, puesto en pié, solicitó un poco más y John accedió apareciendo él solo para regalar una pieza más con su voz y guitarra, que el público supo agradecer.  

En definitiva, una noche para auténticos aficionados al género, que nos llevó desde Louisiana al Birdland de Nueva York, con Jon Batiste & Stay Human y el cuarteto de John Pizzarelli. Una jornada de lo más redonda y, probablemente, de las más recordadas en la presente edición de Jazz San Javier. La próxima cita será el viernes 12 de julio, con el concierto que nos ofrecerá el grupo británico Uriah Heep. Una transición que durante las últimas ediciones se suele hacer, para relajar un poco las emociones y, con las fuerzas repuestas, volver a los conciertos de jazz, r & b y todos aquellos géneros colaterales. Les contaremos los pormenores, como de costumbre, en OPINAR. 11 julio 2013  

El cuarteto de John Pizzarelli (foto: Goio Villanueva)
El cuarteto de John Pizzarelli (foto: Goio Villanueva)

 


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