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Portada Nº Junio 2005
Cultura, Ciencia y Sociedad
Sección General


JORGE RUIZ FERNÁNDEZ


Algo más que música

Manu Chao nació en París en 1961, de padre gallego y madre vasca. Como él dice, si en su casa hubiese habido un balón ahora sería jugador de fútbol, pero en su lugar había una guitarra... y muchos refugiados –intelectuales, cantantes, compositores, pintores... – de las dictaduras sudamericanas que iban a menudo a casa de su padre. Desde muy pequeño estudió en un conservatorio. Primero sería el piano, pero pronto lo cambió por su verdadera vocación, la guitarra. Sus primeros pasos no se hicieron esperar: Joint de Culasse, Hot Pants, Los Carayos, son sus primeros grupos con los que consiguió destacar en la escena parisina. Aunque el verdadero éxito llegó de la formación La Mano Negra, cuya aportación a la música mestiza y festiva ha influenciado a un sinfín de grupos posteriores.

Tras la disolución de ésta última formación, Manu emprendió una larga peregrinación por África y América Latina. Este viaje sirvió para que el cantante se sensibilizara con la situación tan difícil que se vive en ambos continentes. La temática de sus trabajos se centrará en denunciar esta situación y para ello fusionará las diversas culturas con su música. Este mestizaje del folklore de los pueblos africanos y latinoamericanos será el que le otorgue un éxito espectacular en sus próximos trabajos: Clandestino, Próxima estación: Esperanza y Radio Bemba. La popularidad que ha alcanzado también va unida a la gran aceptación de sus directos por la diversa geografía tanto europea como latinoamericana. Pero este ascenso meteórico se ha visto truncado por problemas con su discográfica. Ésta, le ha rescindido el contrato impidiéndole grabar más discos. A dicho problema hay que añadirle un nuevo agravante. El artista debe hacer frente a una denuncia que le han impuesto por emplear en su trabajo Próxima estación: Esperanza, la voz de la señorita que anuncia las paradas del Metro de Madrid. Éstas son algunas de las trabas que pueden hacer mella en la carrera del artista. Pero más que un impedimento, Manu se ha propuesto afrontarlas como un aliciente para continuar “dando guerra”.

El amor, la soledad, las tinieblas, la desazón y la alegría se mezclan en sus dulces baladas que pasan por el castellano, el francés, el inglés y el portugués. Esa internacionalidad de su música unido a la profundidad de sus letras, que arremeten contra la situación que se vive en la actualidad, le han convertido en un verdadero icono dentro del movimiento antiglobalización. Es fácil encontrarle ofreciendo conciertos en distintas cumbres de los jefes de Estado. Génova, Barcelona... son algunas de las ciudades en las que se le ha podido ver ligado a dicho movimiento. Sin duda, Manu Chao se ha consagrado como el nuevo cantante comprometido con la lucha contra el capital. No es de extrañar que se le compare con Bob Marley, aunque la huella que dejó el cantante jamaicano es difícil de equiparar, muchos ven en el artista francés un nuevo símbolo para la juventud. Quizás estemos ante el nuevo profeta de la música comprometida con las injusticias sociales. 18 abril 2005
    

 


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